sábado, 11 de junio de 2011

15 de Mayo, 2011 Ignorancia y lejanía

Y sobran las palabras…
Porque siempre han sobrado. Porque nunca han hecho falta. Siempre he creído que el dolor que no encuentra palabras para ser expresado es el más cruel, el más hondo… el más injusto.
Y no sé qué hacer con este dolor que me quema por dentro. Ni sé qué hacer cuando le veo, y me mira con esa mirada tan especial. Porque en sus ojos está todo lo que tanto tiempo yo llevaba buscando, lo sé, siempre lo he sabido.
Pero los recuerdos me atormentan día a día, porque nunca he sido tan feliz que cuando lo era en sus brazos. Cuando me tomaba de la mano y me llevaba con él al paraíso… nuestro paraíso. Cuando me abrazaba y parecía que el mundo acababa allí, rodeada y envuelta en el calor que me proporcionaban sus brazos. Cuando me cogía el pelo y me lo olía de esa forma tan especial. Cuando saciaba mi sed con sus besos.
Nunca supe si él amaba verdaderamente o no. Y nunca lo sabré, por supuesto. Pero siempre sabré que yo me sentí amada mil y una vez cuando sólo me miraba a mí y cuando el amor que yo sentía por él no podía cambiarlo por nada… nunca.
Y ahora sólo toca llorar. Porque el llanto es lo único que ha dejado con su ausencia. Estoy sola, y no sé si podré llegar a enfrentar esta soledad.
Y no saber qué hacer cuando le vea en el mismo lugar y a la misma hora de siempre. Y que en vez de ternura sólo halla frialdad…
Si alguien supiera cuán dolor siento en el pecho, nunca me entendería.

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