miércoles, 15 de junio de 2011

23 de Mayo, 2011 Dolor y Desconcierto

Yo lo sabía. Siempre lo supe. Era inútil intentar engañarme. Yo le amaba (y le amo aún), muchísimo más de lo establecido. Y él nunca lo supo ni lo valoró. Sólo me besaba y me hacía daño. Y nunca le importó.
Hoy veo su foto y se me empañan los ojos. Porque ya es lo único que me queda de él.
¿Qué es lo que he hecho para que no quiera mirarme?
¿Acaso no le amé de tal manera que ahora siento que la vida se me va con él?
Sólo hay una cosa que quiero saber. ¿Por qué? ¿No le gustaban mis caricias y mi forma de abrazarle?
Lo sabía desde mucho antes de que fuese real. Desde mucho antes de que yo sintiera que se estaba alejando. Desde antes de que dejase de regalarme esas sonrisas que hacían que mis días tuviesen sentido… Sabía que se refugiaría en otros brazos más ardientes que los míos. Que besaría los labios de otra mujer. Que calentaría otras camas por las noches y que le regalaría mis miradas a otra.
¿Y qué puedo hacer? Yo no le debo nada.
Nunca ha querido todo lo que yo estaba dispuesta a entregarle.
Él no va a volver. Lo sé aunque intente seguir negándolo.

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